En la masacre de Mariona, en 2004, murieron 32 personas; ocho eran pandilleros del Barrio 18. Una parte de la pandilla culpó al Viejo Lin de esas muertes y empezó a organizarse en su contra. Seis años después, Revolucionarios y Sureños han separado sus negocios de venta de droga, se consideran mutuamente traidores y están enemistados a muerte. Lin y el Chino Tres Colas dicen haber abandonado la pandilla.