Desde que en marzo de 2012 El Faro dio a conocer la negociación entre el gobierno de Mauricio Funes, las dos facciones del Barrio 18 —Revolucionarios y Sureños— y la Mara Salvatrucha para reducir los homicidios en El Salvador, este periódico buscó sentarse frente a representantes de la facción Revolucionarios de la 18 —también llamada R— para conocer su versión del pacto y sus ambiciones de futuro. ¿Cuál es la postura que los más díscolos de los pandilleros salvadoreños -unos hombres que rompieron su propia pandilla en 2006 para no someterse a un líder único- tienen en un diálogo con el Estado? Además, los mediadores han tratado por dos años de aminorar el hecho de que la 18 está rota, y han desplazado a un segundo plano a los líderes de la R, para dar protagonismo al vocero de sus adversarios del Sur: Carlos Mojica Lechuga, el Viejo Lin, en el afán de presentar a una 18 única.
Hasta ahora había resultado imposible concertar una entrevista. La mañana de mayo de 2013 en que el recién nombrado ministro Ricardo Perdomo prohibió el acceso de periodistas a las cárceles, El Faro estaba, literalmente, a la puerta del penal de Quezaltepeque listo para entrevistar a Víctor García Cerón, Duke, en ese entonces principal vocero de la Revolución. La puerta nunca se abrió.
Ante los obstáculos de Perdomo, el principal mediador, Raúl Mijango, cambió su forma de trabajo: desde hace un año sus interlocutores directos en las pandillas son voceros de estas en la calle, pandilleros sin orden de captura en los que las ranflas han delegado autoridad. Algunos de ellos, convertidos en improvisados interventores sociales, trabajan formalmente desde hace meses y a tiempo completo como activistas de la tregua, resolviendo conflictos entre individuos y clicas.
Hace dos semanas, por medio de Raúl Mijango y de uno de los principales impulsores de la tregua, Paolo Lüers, El Faro gestionó por primera vez con éxito un encuentro con esos representantes de la R en las calles. Al llegar al lugar convenido también estaba presente, sin embargo, un representante del Sur. Lo interpretamos como un intento de evitar que las declaraciones por separado de ambas facciones generen asperezas entre ellas o revivan viejos rencores.
En todo caso, esta es la primera entrevista con voceros autorizados de alguna pandilla desde inicios de 2013. Después de 10 meses sin conferencias de prensa o entrevistas con los líderes del Barrio 18 o la Mara Salvatrucha, con la tregua congelada y el diálogo con el gobierno aparentemente roto, es una oportunidad para escuchar de boca directa de las pandillas su evaluación de la situación, sus perspectivas, su explicación a las muertes que han seguido produciéndose y que aumentaron en el cierre de 2013.
Siempre hay algo de extraño en que un pandillero, un hombre tatuado de 32 años que representa a una organización tan escurridiza y brutal como el Barrio 18, te hable con más sentido común, mejor vocabulario y muchísima más agudeza que quizás la mayoría de políticos del país y, con diferencia, con más claridad de ideas que los principales candidatos a la presidencia de la República. Porque a los salvadoreños se nos ha dicho por dos décadas que los pandilleros son irracionales, poco menos que animales que se agrupan por instinto y matan por destilada maldad. Y porque se ha asentado como una especie de doctrina moral que no hay que escucharles.
No se puede comprender la tregua, sus zigzagueos, su posible rumbo y sus obstáculos, sin hablar con los representantes de la 18 y la MS. Y es desafiante descubrir, entre los recelos y la mirada crítica que un periodista debe mantener ante cualquier entrevistado, solidez en muchos de sus argumentos y denuncias.
El miércoles 22 de enero el partido Arena difundió documentos y entrevistas que son parte de un expediente de investigación de la Fiscalía General de la República acerca de posibles ilegalidades relacionadas con la tregua, y colocó el proceso en el centro de la campaña electoral. Esta entrevista se realizó el jueves 16, y por lo tanto no incluye preguntas sobre la campaña arenera ni sobre la respuesta del presidente de la República, que una vez más negó su responsabilidad sobre esta estrategia impulsada inicialmente por su gabinete de seguridad y ahora abandonada a la deriva por el Gobierno.
Este diálogo con representantes del Barrio 18 permite ir mucho más allá de debates coyunturales y profundiza en los rumbos posibles del proceso y sus obstáculos. Por su boca habla la pandilla y sus palabras representan a las dos facciones del Barrio 18. Sur, Revolución 1 y Revolución 2 -como llamaremos a los tres pandilleros entrevistados para proteger su identidad- exponen sus dificultades para mantener a sus bases con las armas enfundadas, denuncian la falta de compromiso del gobierno de Funes con el supuesto plan de pacificación, y entre la advertencia y la amenaza anticipan que, si la tregua se rompe, los homicidios no volverán a la cota de los 14 diarios que había antes de marzo de 2012, sino a niveles mucho más altos, de 20, de 25, dicen. Pero también prometen: prometen dejar de ingresar a nuevos miembros a sus estructuras si el Estado y la sociedad abrigan el proceso. Y también ordenan: ordenan no matar, ordenan, literalmente, no matar aunque los ciudadanos se nieguen a pagar extorsiones.
¿En términos generales descríbannos cuál es, según ustedes, el estado actual del proceso de paz?
Sur (S): Las pandillas que lo iniciamos y las que se han agregado estamos sólidos. Nuestra misión y nuestro compromiso es real, lo mantenemos, es nuestra palabra la que está en juego y por lo tanto lo mantenemos a como dé lugar. Hay errores por parte de nosotros, estamos conscientes. Pero también tenemos una lectura clara del uso político que se le está dando ahorita al proceso. Los partidos políticos deben recordar que son vidas, no son números estéticos. Y por otra parte, las actuales autoridades del Ministerio de Seguridad y Justicia no abonaron en nada.
Lo que dices, hace dos años parecía más fácil de escuchar. Había una expectativa, parecía que iba a haber un proceso en el que sucedían cosas en dos partes. Por un lado las pandillas actuaban con reducción de homicidios y luego con una serie de compromisos que se fueron anunciando, y por parte el Estado iba a haber una serie de reacciones... pero al cabo de dos años, la sensación es de estancamiento, como una llanta que va perdiendo aire...
S: Ahora viene la lectura que nosotros tenemos del proceso: al inicio no se nos dio nada que las leyes de este país no enmarquen como derechos, como el derecho al agua, luz, visita, el derecho a ver a tus hijos. La motivación fue tal que ocurrieron las cosas que logramos, no quiere decir que esos derechos se nos quitaron, los seguimos teniendo. Lo que sucede es que conforme íbamos nosotros avanzando quizá el mismo temor del gobierno es que lo que estábamos logrando era algo demasiado grande y lo que él tenía que hacer era igual de grande. Quizá se sintió saturado. Se viene a dar un giro cuando llegan las nuevas autoridades y vienen a declarar que ya no podíamos tener reuniones en los centros penales, que ya no iba a haber acceso a que los medios de comunicación publicaran los mensajes que se querían enviar. El canal que existía más factible era a través de los medios de comunicación para enviar el mensaje a cada uno de los hogares, de las clicas y de las personas involucradas. Luego viene una serie de acusaciones como por ejemplo que nosotros vamos a desestabilizar este país, que hemos abierto una guerra contra la policía, que las elecciones las vamos a boicotear... y todo ese tipo de cosas. Esos son mensajes negativos. Yo como líder de la pandilla no me voy a poner a hablar lo que se me venga en gana porque sé que detrás de mí tengo un montón de gente que está pendiente de lo que estoy hablando y que peligroso malinterpreta lo que voy a decir y esto que pertenezco a una pandilla fuera del marco legal, una estructura criminal. Yo, con el poco nivel de educación que tengo, limito mis palabras, las voy a buscar para dirigirme a mi gente. Ahora, una persona con el nivel de educación y con un puesto de ministro, que sabe que tiene un brazo armado de no sé cuántos policías, no me voy a poner a decir que las pandillas han declarado la guerra... ¿para qué? ¿Para que se sienta amenazado el policía y actúe en contra de pandilleros?
Entiendo el diagnóstico que hacen con respecto de la contraparte del Estado. Pero un hecho innegable es que desde julio del año pasado hubo un incremento sostenido de asesinatos. Y este año comenzó con cifras muy violentas. ¿cómo explican eso?
Revolución 1 (R1): Cuando empezó el proceso se nos dieron facilidades para comunicación con nuestra gente. Empezó a venir el ambiente político, la propaganda política y eso nos vino a hacer a nosotros más difícil el trabajo, porque se enviaron mensajes negativos contra nuestra gente. Claro, yo le puedo ir a endulzar el oído a mi gente, a amarrarles las manos, pero si están viendo represión, golpes, tu mamá te la llevan por resistencia, solo porque se mete cuando te arrestan... Así es más difícil monitorear nuestras zonas, tanto para nosotros como con la otra pandilla. El nuevo cambio de ministro claramente vino a cerrar todas las puertas y yo creo que esto es del conocimiento de bastante gente, porque él se puso en una posición como que dice no y no... El incremento de los homicidios se ha debido a que se nos ha cerrado las facilidades para seguir con esto: la comunicaciones, la represión que tenemos a nivel nacional con la policía, porque nos está haciendo vulnerable el proceso.
Por lo que decís la cúpula mantiene la idea, es la calle la que se siente más presionada.
S: Es que (la cúpula) no incide en que mate o no mate o que haga violencia o no. Por ejemplo: este año quizá ha sido menos, pero entre los partidos políticos en contienda electoral siempre ha habido algún nivel de roces que generan violencia. Te estoy hablando de las bases, de la gente que anda en campaña, que anda pintando... siempre se han dado algunos roces, ha habido pleitos y todo, pero el candidato nunca ha salido en la tele diciendo “cuando encuentre al del Frente, dele en la madre”, ni al del Frente diciendo “cuando encontrés al otro, dale”. Ellos no tienen una tendencia violenta, pero generan violencia. Es un simple ejemplo. Ahora, el caso de nosotros: cualquier delito que se dé, un asesinato que tenga que ver con un miembro de pandilla, eso no es una línea que la pandilla ordenó o dio el aval para que se cometiera ese homicidio. Eso se dio porque circunstancias lo permitieron, muy aisladas de la línea de nosotros, de lo que nosotros decidimos.
Me podrías explicar en términos prácticos en qué ha incidido el cambio de postura del gobierno. ¿Cómo está conectado el hecho de que un muchacho mate a una persona con el hecho de que no puedan entrar medios de comunicación a una cárcel, o que no se puedan reunir los líderes de pandillas rivales en Mariona? Por ejemplo.
S: Nosotros (los líderes de pandillas fuera de cárceles) hemos tomado un protagonismo y un rol mucho más pesado, mucho más difícil, porque no podemos tener la información de primera mano, ni coordinarnos de primera mano con la gente dentro de prisión. Ahora bien: ¿cómo se da el efecto de los dos puntos que has hablado? Se evita la comunicación entre nosotros con las estructura adentro, se suspenden las reuniones y se suspende el hecho de que los medios puedan llevar esa información a las bases. Quedamos nosotros como última opción haciendo este trabajo que es mucho más grande porque tenemos que agilizarlo. Tenemos que ir venir... y ya te podés imaginar. Lo ideal sería que el gobierno tomara como una política de Estado este proceso y llevarlo a término ya, ¡que la sociedad lo tenga claro! Y lo pudiera continuar gane quien gane, en lugar de andar hablando locuras de francotiradores y esas cosas... Pero el ministro salió de primera mano hablando un montón de cosas, ¿y cómo se retracta hoy? Aunque estén los muertos y no es culpa mía, sino de él, por hablar sin sentido.
Pero por lo que dicen, resulta ahora que todo mundo tiene culpa de ese incremento de muertos: la sociedad, por no abrigar el proceso, los medios por no confiar en el proceso, el ministro por haber suspendido facilidades, pero en ningún caso la culpa la tiene el tipo que sacó la pistola y mató al otro.
S: Es que aquí vamos... tenemos nuestro propio reglamento. Iniciamos un proceso en el que nos hemos comprometido como barrio (pandilla), con nuestras propias reglas y si alguien quebrantó el acuerdo y la palabra que hemos puesto nosotros tenemos nuestros propios mecanismos de cómo enmendar esos errores.
R1: Tenemos nuestro propio sistema de educación. Nuestro sistema de disciplina, porque si no se da el ejemplo, los otros hacen lo mismo. Tenemos que erradicar las cosas que nos afectan y como nos hemos puesto una sola palabra a nivel nacional, si una persona la bota y nosotros lo dejamos, prácticamente lo que estamos diciendo es que se puede hacer.
Es una situación difícil, pues, porque para mantener la disciplina dentro del barrio se crea también una impresión en la sociedad de que el proceso está fracasando.
R1: Pero eso es creyendo lo extremo que acabás de pensar vos que hacemos.
Que matan para disciplinar.
R1: Podría ser, pero podría no ser. Nosotros tenemos nuestros mecanismos. Sí, es complicado, pero hay una cosa muy importante que es lo que nos da la garantía y el respaldo necesario: que suceda lo que suceda es que mantenemos nuestra postura y nuestra línea principal como barrio. Se tenga que hacer lo que se tenga que hacer para mantener el proceso y llevar la tranquilidad necesaria a nuestras comunidades, a este país y buscar el futuro real para nuestra gente.
¿Cuál es esa línea de la que estás hablando?
R1: Queda prohibido matar.
Pero existirá una cláusula que diga “salvo en el caso de...”
R1: Esas ya son decisiones muy aparte, dependiendo de la razón o motivo y tomando en cuenta que nuestra principal política y decisión es un proceso de pacificación.
¿Pero en la línea base es no matarse entre ustedes?
R1: No matar. Punto. En las escuelas se da un problema: llegan muchas personas que son afines a nosotros o a las letras (MS-13) pero que en realidad ni son de las pandillas. Se dan problemas que hemos venido solventando con gente que ni es de las pandillas pero que ha mostrado cierto nivel de problema en cierta zona, de aquí mismo se hacen las llamadas necesarias a cualquier parte del país para solucionar ese tipo de problema. En los días cercanos al inicio del proceso de paz: soldados quedaban muertos en las comunidades cuando llegaban de licencia, policías... puede ser que ahora haya un par de soldados muertos, policías, sí ha habido ciertos altercados, pero llevamos más de 20 homeboys muertos y policías van menos y el ministro dice que nosotros le hemos declarado la guerra, ¡más bien él nos ha declarado la guerra, porque son ellos los que andan matando gente de nosotros! No somos nosotros, es él. Y nosotros aún viendo eso no hemos quebrantado lo que dijimos en un principio. Un cipote saca la pistola y termina jodiendo a un policía por la desesperación de ver que a matarlo viene. No es línea de la pandilla, no se ha quebrantado la decisión de no matar policías, que no se tienen que tocar. El transporte público no es de la pandilla, los policías menos, custodios de penales menos... entonces no podemos delimitar a que fue un acuerdo para no agredir a los MS y los MS a nosotros, o la Mirada, o la Máquina... aquí hemos tratado de solventar problemas de todo el mundo.
Sigo sin entender cómo el cambio en las facilidades que ofrecía el gobierno se relaciona con el incremento de homicidios. Si un pandillero de un cantón encuentra que debe matar a alguien, entiendo que ese pandillero lo que debe hacer es pedir el pase y argumentar por qué debe asesinarlo... pero él se puede comunicar con cualquiera de ustedes. O si en los medios él ve que la tregua se terminó, puede llamarles a ustedes. En términos prácticos, ¿qué es lo que detenía antes a ese tipo que ahora no?
R1: La comunicación siempre ha estado, pero tal vez una persona que lleva a cargo un cantón (un líder de clica), tal vez él no se va a tirar la yarda (violar las reglas), se la va a tirar un niño, un cipote, y sin consultarlo con él y mucho menos con nosotros. Cuando pasa el acto nos venimos a dar cuenta. Cuado investigamos por qué, a veces es porque han andado tomados, o por la mujer... Si nosotros logramos reducir los homicidios claro que lo podemos volver a hacer, pero se nos hace más difícil. Quiérase o no este es un proceso y el proceso siempre es poco a poco y no de la noche a la mañana. Claro, nosotros tenemos décadas de guerras con las letras y ha habido luto, se han muerto hermanos, tíos, hijos... este es un proceso que tiene que ir poco a poco adaptándose, no es de la noche a la mañana.
(Interviene Raúl Mijango, que ha estado escuchando la conversación desde un escritorio):¿Qué es lo que ha pasado? Un par de bichos se pusieron a pija y se les ocurrió que iban a ir a provocar a los del otro lado, eso provocó un muerto, luego los otros se sintieron mordidos y vienen a vengarse y cuando esos conflictos aparecen, el tiempo que nos tardamos para intervenir se nos extiende porque los mecanismos se nos han complicado. Un ejemplo: el problema que tuvimos con dos muertos en el centro de Apopa. En otros tiempos ese problema lo hubiéramos arreglado en una semana, porque tampoco es así de simple que solo se llama y ya se arregló el clavo. Primero tenés que tener en cuenta que ese cipote de esa clica de esa comunidad tiene un referente, que no son ellos (señala a los tres pandilleros) sino que tiene un referente que seguro está en el tabo (cárcel) que es con el que él se coordina, entonces hacer ese nivel de triangulaciones para ir poniendo a tono las cosas, si no tenés las posibilidades de sentar a los de Apopa para ver cómo paramos esa mierda... Lo que hemos perdido hoy es la capacidad de actuar oportunamente. En Apopa nos tardamos un mes en resolverlo y hubo cuatro muertos por un incidente original.
¿Por qué?
Mijango: Porque no pude reunir al que está en la calle con el del tabo y con el de la otra pandilla.
R1: No es lo mismo que te hablen por teléfono a que te comprometás frente a tu gente a respetar y a hacer las cosas como se acordó.
Pero hace media hora estaban sentados ustedes con representantes de la MS-13, es decir, que esa posibilidad no está interrumpida.
Mijango: Sí, a nivel general, pero a nivel específico del territorio, eso sí ya no es tan fácil.
R1: El problema es que a veces a la gente ni la conocemos, y el compromiso cara a cara y si él no lo cumple, ya sabemos quién es, cómo está... ¿por qué lo hizo?
Revolución 2 (R2): Un ejemplo. En la Zacamil ha habido intercambio de disparos en dos lugares rivales, entonces tomamos la opción de hablar con las personas que son del lugar, de los dos lados. Le llamamos a los de las letras, traemos a la gente de ahí, conversamos para ver qué solución le encontramos. Aquí en este local nos vinimos a hablar y nos dimos cuenta de que en realidad ni era gente ni de nosotros ni de ellos la que provocaba los enfrentamientos sino que era gente civil que quizá por la droga o andar robando llega a la zona de nosotros y nosotros pensamos que era gente de ellos (MS-13) que hicieron eso y nosotros igual. Frente a frente nos dimos cuenta de que no todos los problemas los causaba la gente de las pandillas. Se buscó el mecanismo para evitar eso. Quiérase o no yo conozco a la gente civil de mi colonia o a la gente que puede andar robando quizá para darse un su puro de marihuana y con esa gente se arregla.
Mijango: Agrego algo: no estás hablando con angelitos. Cuando tenés una comunicación que no es personalizada corrés el riesgo de que te den paja, en cambio, cuando tenés la oportunidad de tenerlo enfrente y al otro enfrente nadie va a dar paja, porque estás hablando del mismo problema, del mismo territorio y de la gente que ambos conocen.
¿Me das un ejemplo de qué es una solución?
R2: Se llegó al límite de hablar con los civiles para que no estén cruzando la línea a donde no tienen que llegar, para evitar enfrentamiento, ese es un límite. Ahorita nosotros estamos en un tema: si una persona de las letras por ignorancia se va a meter a nuestra cancha (territorio), evaluamos si él erróneamente se fue a meter porque no conocía, y si te dicen “me perdí”, y no andaba armado, “va, está bueno”, yo tengo un número de los de las letras y les llamo: “aquí está un homie tuyo, vení a traerlo”, porque es un homicidio menos y eso lo hacemos unas 25 o 30 veces a la semana. Con esto no te quiero decir que nosotros o gente de nosotros no caiga en errores de cometer delitos, porque sí lo hay, pero no es porque lo planifiquemos sino porque suceden instantáneamente y te pongo el ejemplo de Zacatecoluca, San Rafael Obrajuelo. Hace poco ahí mataron a la mamá de un policía.
¿Pandilleros?
R2: Nosotros no solo nos quedamos con lo que sale en las noticias, sino que también investigamos si alguien se tiró la yarda, porque hemos hablado que eso no tiene que pasar. Con nuestras investigaciones nos damos cuenta que es un cipote civil que hizo esa tontera, un cipote que no es miembro de nuestra pandilla, pero la policía en su concepto tiene que fueron los 18 los que lo hicieron. ¿Qué pasa?... el hijo de la señora es policía y él toma la opción de venir y agarrarla con la pandilla 18. A los días de haber sucedido eso, van tres homeboys de nosotros caminando en una zona rural y viene un grupo de policías como de ocho, los interceptan, los hincan y los matan. Hubo gente que vio. Eso es una provocación, por falta de investigación, erróneamente ellos le han abierto la guerra a esos cipotes que nada que ver, son cosas que nos traen problemas a nosotros porque si les matan a tres locos y están conscientes ellos que no tienen que ver en eso, quiérase o no cualquiera va a cascabelear, es como que te mataran un hermano tuyo y si la justicia no hace nada, vas a buscar la forma de cómo te desahogas.
Si soy un muchacho que ingresa a la pandilla, lo hago para ser fuerte, ingreso además en el entendido de que eso me genera autoridad donde yo vivo, que esa autoridad se obtiene a base de respeto, que a su vez se obtiene a base de violencia. ¿Cómo se hace para que no se mine la autoridad de ustedes cuando normalmente lo que dicen es que hay que limitar todo eso que los hacía poderosos?
R1: En realidad, por nuestro papel hasta estamos expuestos a que nos vuelen el repollo porque nosotros estamos haciendo que la gente se detenga, que se amarren las manos, pero dicen: “ey, nos hicieron esto...”, que es a veces como que si estuviéramos en contra de nuestra propia pandilla. La gente tiene que acoplarse aunque no le guste y esas cositas que pasan bajo de agua no las estamos ni consintiendo ni nos damos cuenta hasta que ya está hecho. Nuestra responsabilidad es investigar para mantener la disciplina. Ese es nuestro trabajo.
¿Han percibido malestar de sus bases?
S: Los cipotes son los que más problemas nos dan, los recién brincados (incorporados), porque acordate que para nosotros haber tenido todo ese desmadre que tuvimos antes que este proceso iniciara, nos costó un buen rato, fueron años de sangre y muchas cosas para tener ese nivel de organización. Y que de repente esa pandilla que te inculcó eso, ahora viene y te dice: mirá la cosa es que hay que aceptar que esto estuvo malo y aquí hay que cambiarlo, hay niños baleados, señoras que no deben nada, en los buses se miran esos grandes desvergues, y les comenzás a hacer la cuenta. ¡Es paja que con esa plática de un día o de media hora les vas a cambiar la perspectiva que les inculcaste durante 20 años! Van a tener sus dudas, sus reservas... no quiere decir que ahí estuvo ya todo. Esto implicó que nosotros por lo menos los primeros seis o siete meses del proceso no paráramos día a día. Visitando desde aquí hasta La Unión, porque una cosa es que aquellos (los líderes en prisión) lo habían dicho en la tele y otra cosa es que fuéramos a reunirlos y los sentáramos y ellos. “qué onda qué les pasa...”
Mijango: jajajaja ¿Te acordás de la megarreunión de la playa? Jajajajaj
S: Jajajajaj, ¡puta! Reuníamos 150.
¿Qué preguntaban?
S: Que por qué, y comenzábamos nosotros a hacer una retroalimentación de lo contrario de lo que les habíamos enseñado durante todo este tiempo atrás y comenzarle a enseñar...
R1: Y siempre te preguntan “¿y para nosotros qué hay?”.
Esa es una pregunta que les siguen haciendo, me imagino.
R1: Ahorita lo único que les hemos dado son talegueadas, operativos policiales, matadas de la policía. Eso es lo que te dicen: ¿por qué estamos luchando?
¿Cuánto ha cambiado la pandilla? Esos homeboys de los que hablan... ¿qué porcentaje está detenido por convicción y qué porcentaje porque les obligan? Si ahora quitás eso, ¿qué pasaría?
R1: Si ahora hay nueve muertos, habría 25.
R2: Ahorita los policías nos han matado 20 personas, con el de ayer, y policías hay como tres muertos. Si esto fuera una guerra abierta fuera lo contrario: los tres fueran los de nosotros y los 20 fueran policías, pero nosotros tratamos todavía que esto siga vivo. Al tener tanta gente así, como un resorte que apretás y luego soltás. Se dispara.
S: Date cuenta de lo que vos preguntaste: cuántos están en esto por convicción y cuántos están porque por puro huevo los tenemos amarrados. Al final de cuentas, el día que quienes se han propuesto, si es que lo logran, destruir este proceso, que no somos ni vos ni yo, no va a reventar solo el que está por huevos metido en el proceso: van a reventar todos por igual, ¿me entendés? Y si ahora hay 11 muertos, te aseguro que si hoy esto se cae no van a ser 11 mañana, van a ser 20, 22, 24, no porque yo les voy a hablar para que hagan esa verga de matazones... es porque es una realidad ¿me entendés?
Parece que el proceso en el que trasladás tu convicción a tus homeboys es lento, muy lento.
S: Y ahora es más lento.
Mijango: Es que además requiere no solo de una transformación mental. Requiere de recursos materiales, de atender a las necesidades que al otro le sirven de justificación para delinquir.
¿Cuánto ha transformado este proceso a las pandillas?
S: Tal vez mucho.
R1: Muchas comunidades viven bien tranquilas con nosotros, porque no andamos queriendo poner renta y toda la onda, como se maneja en los medios.
Pero la renta es una realidad.
R2: Sí.
¿Quién rentea entonces?
R2: Los que estamos aquí no. Yo no vivo de la renta.
S: Es cierto que existe... ahí está. Hemos sido bien claros y entendemos que eso es algo que no tendría que estar pasando. Pero ni este gobierno, esta sociedad, ni la cooperación internacional... –salvo la Unión Europea- nadie ha querido invertir al ver que tenemos una visión clara de cambiar y que la hemos demostrado bajando esto, entregando armas... Ni aun así, nadie ha tenido los huevos de decir “invirtamos, metámonos de lleno, veamos qué de bueno podemos sacar de esto”. Y si nadie ha dado un impulso, ¿podemos pedir a los cipotes que cambien su estilo de vida?
Entiendo que es justamente lo que estás haciendo.
S: ¿Pero será lo correcto llegarle a decir “dejá de extorsionar”? Para mí es lo correcto, pero ¿qué respuesta me va a dar? Como mínimo me va a preguntar si habrá alguna quebradita (trabajo) donde chambear. Le voy a tener que responder: “Perate, que el gobierno se ha tardado dos años; en estos otros dos tal vez”. Me va a decir: “Vos tu madre, ¿y yo mañana qué hago?”. ¡Son vacíos demasiado grandes! No creo yo que en dos años no haya podido haber personas con capacidad de gestión, de qué putas sé yo, para decir “esto es lo que va a haber, esto vamos a empezar”, para que las bases de nuestras pandillas empiecen a percibir que si se portan cabal ahí está esta onda o aquella, en vez de ir a parar a la cárcel. Yo lo puedo detener, pero también tengo que construir algo que él, como sujeto, pueda ir cambiando desde su interior.
Yendo a otro punto: la cifra de homicidios ha subido y las autoridades dicen que es responsabilidad de la facción revolucionaria del Barrio 18. ¿A la Revolución le está costando más que al resto de grupos controlar a su gente?
R1: A Raúl ya le preguntaron eso en una entrevista y respondió que no, que la Revolución somos los más disciplinados. Desde que comenzó este proceso hemos sido los más involucrados y los que más nos hemos movido. Los medios de comunicación nos tiran bastante presión, dicen que nos hemos desvinculado del proceso, pero hace poco hicimos un convenio con los empresarios de la Escalón y la gente de las letras. ¿Cómo pueden decir que los Revolucionarios estamos desvinculados del proceso?
Echan leña al fuego ciertas acciones. Por ejemplo, asesinaron a un par de muchachos de la iglesia Elim en Apopa, y fue la R. Hubo otra masacre terrible en Tacuba, y entiendo que es territorio 18 revolucionarios.
R2: Apopa sí. Tacuba no. En Apopa una persona, y no nos podemos desvincular, una persona miembro de la Revolución... pero eso no quiere decir que nosotros dimos el aval para que lo hiciera, fue una yarda que se tiró, tal vez por andar tomado o por alguna su pendejada. Pero eso no quiere decir que todo Apopa dio aval para ese hecho. Lo hacen ver como algo planificado por toda la pandilla, y negativo.
S: Lo que sucedió en Tacuba, allí no es facción R, es facción Sur, y lo que sucedió es algo lamentable, desastroso, condenable en todo momento. Y medidas va a haber que tomar y algo va a tener que hacerse.
¿No saben todavía qué fue lo que pasó?
R: No lo tengo claro todavía, porque cuando uno de nosotros se ha tirado esa yarda trata de ocultarlo lo más que puede, y tarda unos días en salir a la luz. Pero al final, si es, terminamos sabiéndolo y no asolapamos a nadie que comete este tipo de errores. Es gente inocente y está claro que eso no tiene que pasar.
Cuando la pandilla llega a la conclusión de que un miembro fue, o dio la orden, en su sistema de disciplina, ¿es más aceptable castigarlo que entregarlo a la Policía?
S: Entregar a la Policía hasta el día de ahora no ha pasado. ¿Me entendés? Jajajaja. Hay mecanismos. Por ejemplo, si descubrimos que alguien en la prisión de Izalco, Cojutepeque o Quezaltepeque ordenó tal y tal cosa lo que hacemos es, por la palabra que hemos puesto, y no la vamos a quebrantar, podemos sacarlo. Bien talegueado, pero lo vamos a sacar, no lo vamos a matar, porque eso afectaría al orden del centro penal... y hemos dicho que vamos a mantener estables los centros penales. Se va a otro penal. Gente así no la queremos con nosotros, porque afecta nuestra dignidad como pandilleros. Si descubrimos que una persona así ordenó a una clica entera, que se vaya mucho a la mierda para afuera, viejo, a rebotar por ese vergo de penales que hay.
¿Hay clicas enteras que estén fuera del proceso?
S: En la pandilla de nosotros no.
R2: En realidad al principio sí hubo, pero a través del tiempo se les fue explicando cuál era el motivo...
R1: Se acoplan, porque una clica no es un apandilla, y no me voy a quedar solo así, en la intemperie, uno tiene que caminar donde va la pandilla...
R1: Organizar a estos jóvenes en un camino en el cual yo, como líder, le pueda garantizar un futuro real, próspero, en el cual él se pueda desarrollar con las oportunidades que no ha tenido desde su niñez, como recreación, educación, tranquilidad, seguridad... Una infinidad de cosas. ¿Y por qué no puedo organizar yo a estos jóvenes? Si yo hubiera tenido organizados a todos los jóvenes de los municipios aledaños al volcán que acaba de hacer erupción te aseguro que hago que lleguen primero ellos que los comandos de salvamento y todo el aparataje del Estado.
¿Estás diciendo que en el horizonte está convertir la pandilla en un club de amigos bienhechores?
S: Si los bolos han podido cambiar a través de Alcohólicos Anónimos, dejando el vicio a través de una plática simple a la que llaman terapia, ¿por qué no puedo yo organizar a mis homies en medioambientalistas...
R1: ... Bailes de música...
S: ... Conciertos... Algo en lo que puedan explotar su juventud, su inquietud, su impaciencia, su locura de adolescentes. ¡Si es que no hay nada! ¡Andá a las comunidades de nosotros, no hay canchas, futbol, nada! ¿Por qué crees que nosotros ahorita territorializamos el proceso? Porque nuestras comunidades, por el simple hecho de vivir nosotros allí son estigmatizadas. Los jóvenes son considerados delincuentes por el simple hecho de vivir allí. Hay personas que no pueden adquirir un préstamo ni sacar un electrodoméstico a plazos porque viven en una determinada comunidad. Aunque sean estudiantes, personas honradas... Han criminalizado el territorio. Y ahora viene el nuevo ministro a decir “ellos son los que controlan”. No, viejo, ¡son ellos los que han abandonado esos lugares!
Ustedes decían: ¿cómo es posible desmontar en los homeboys con una conversación de media hora lo que les hemos enseñado durante años? Yo lo pongo en otros términos: ¿cómo pretenden que en dos años se olvide la manera en que ustedes se han relacionado con la sociedad durante casi dos décadas? Pongo un ejemplo: el 20 de junio de 2010 pandilleros de la 18, del ala Revolucionaria, incendiaron un microbús y quemaron vivos a niños, mujeres... Hay gente que aún tiene su vida destruida por aquello. ¿Cómo se resarce eso? ¿Cómo le piden confianza a una mujer que aún tiene la mitad del cuerpo quemado y perdió a una hija en esa buseta?
S: Creeme que nos duele en el corazón porque no conocemos ni sabemos en realidad de las personas que sobrevivieron a ese catastrófico hecho, condenable... Y creeme que como seres humanos, yo como padre, puta, me duele. Y en su momento, por qué no, sentir el dolor de esta gente y hasta cierto punto pedirles perdón por el accionar de estas personas. Lastimosamente no puedo hacer nada para remediar lo que sucedió. Si en mis manos estuviera o hubiese estado, lo hubiéramos hecho, cualquiera de los que estamos aquí.
Esa gente sigue aterrorizada porque vive en una comunidad de la MS, y de alguna manera quien vive en una comunidad MS es objeto de sospecha por la gente de la 18. Los hechores están en sus cárceles y el pandillero que consiguió escapar pasó muchos años al abrigo de la pandilla después de haber incendiado ese microbús. ¿Cómo creer que la pandilla tiene intención de transformar esa realidad o disculparse por lo que hizo?
... (Silencio, se miran unos a otros).
Si enfrente tuvieran a esa gente, ¿qué les dirían?
R2: En primer lugar pedirles perdón, ¿verdad? Porque quieras o no salió involucrada gente de nosotros. Pero eso no quiere decir que nosotros estábamos de acuerdo con lo que sucedió. Hay hasta evidencia de que la gente que cometió aquello ya ni anda revuelta con la pandilla. Se les apartó. Porque aquello no fue avalado por la pandilla, fue un error. Y hay quienes queremos cambiar el concepto de los tiempos antiguos.
S: Y quizá hacerles ver que les garantizamos, a como sea, que si una cosa así, en esta época, llegase a suceder por A o B motivo, creémelo que el desenlace no va a ser como en las veces anteriores. ¿Me entendés?
No. Explicate.
S: El desenlace no va a ser el correcto, pero no va a ser el que fue la vez pasada. ¿Me entendés?
Ahora sí.
S: Que esta gente que vive en territorio de la pandilla contraria, que no se sienta amenazada, viejo, por pasar por territorios de nosotros. Pero no somos omnipresentes y no podemos estar en todos los lugares en el momento indicado en que va a suceder algo como esto para poderlo evitar. A esta gente pedirle perdón, viejo, prometiéndole a este pueblo que nuestra convicción no cambia y esperando con la fe puesta en Dios que nada de esto vuelva a suceder.
Pero parte de la fuerza de la pandilla descansa en el miedo que genera. Parte del poder que las clicas y los homeboys tienen en las comunidades se debe al miedo. Y el dinero de la renta viene del miedo. ¿Ustedes pueden decir, en nombre del Barrio 18, que la orden es no asesinar a quien no pague la renta?
R1: Eso se hacía, es correcto, pero ustedes más que nadie deben de haber contado cuántos motoristas perdieron la vida antes por esa situación y hemos logrado erradicar eso. Y hay otras cosas que podemos erradicar, lo que pasa es que no se nos da el espacio necesario ni las oportunidades adecuadas para poder desmontar todo esto.
A ver: si yo titulo mi entrevista con esta frase entrecomillada: “La orden es no matar aunque no paguen la renta”, ¿estaría diciendo algo incorrecto?
S: Estás diciendo algo correcto porque la orden es no matar. Y no matar es no matar.
R1: Pero estamos conscientes de que solo nosotros no vamos a poder, necesitamos el apoyo de las personas que se puedan unir a esto.
¿Sus respectivas representaciones al interior de los penales sabían que ustedes nos iban a dar esta entrevista hoy?
Todos: No
¿Ustedes ya no tienen necesidad de consultar, de solicitar ese tipo de autorización?
S: No te hemos dicho nada que ponga en riesgo nada.
R2: Lo mismo que te van a decir ellos.
Si la sociedad no les cree ahora, si después de dos años no confía, ¿cuál es el siguiente paso? ¿Qué están dispuestos a hacer para que la gente les crea?
S: Nosotros estamos dispuestos a hacer muchas cosas. Muchísimas. Te puedo enumerar cosas simples y sencillas que cualquiera puede decir que no vienen a abonar en nada, pero sí, tienen mucho que ver. Una puntual, simple y sencilla: ¿Qué tal si vemos que las autoridades, el gobierno, la sociedad, las iglesias dicen “bueno, hay que entrarle a este proyecto” y en el camino viene alguien y nos dice: miren, les estamos tratando de brindar las oportunidades necesarias pero queremos que ya no sigan metiendo jóvenes a las pandillas?
¿Suspender el reclutamento? ¿Ya no volver a brincar?
S: Si nos pidieran eso y nosotros vemos la buena voluntad de la sociedad, del Estado, de las fuerzas vivas, todo mundo encaminado verdaderamente en detener esto…
R1: ... Lo hacemos.
S: Para pacificar el país, lo hacemos. No es ninguna locura, viejo.Nos vamos a tardar 10 años, 15, 20. Pero si me tardé 20 años en construir lo pasado, ¿por qué no nos vamos a tardar otros 20 en construir ahora lo positivo? Pero que les quede bien claro que ahora hacer ese tipo de acciones (violencia) es reprimible por la pandilla.